Publicado en CURSO DE PINTURA, CURSOS, PSICOLOGIA DEL ARTE, VEDIC ART

Y ahora, ¡mamá quiero ser pintora!

Como el desarrollo del hombre, que está en continua evolución y adaptación al medio, yo también tengo que adaptarme al cambio de circunstancias. Por eso, este será el único blog semanal que sale dos veces al mes. Con el inicio de la universidad, la vida no me da para más. Por mucho que trato de estirar las horas del día, sólo dispongo de 24 y además desde que he descubierto que estoy gorda porque no duermo 10 horas al día (¡qué gran excusa, qué gran excusa!), estoy mucho más concienciada en dormir al menos 5, a ver si consigo adelgazar la mitad de los kilos que me sobran.

He pensado mucho sobre este post. Inicialmente iba a escribir un ladrillo acerca de una de mis asignaturas, pero luego me dije que no había necesidad de martirizar a gente tan amable como vosotros, así que me gustaría compartir una breve charla sobre un hobby que me gustaba pero que no sabía cómo empezar: la pintura.

Siempre me ha encantado la pintura. Cuando era pequeña vivía cerca del Museo del Prado. Me parecía un lugar mágico en el que podías pasar horas muertas, colarte en los grupos con guías y escuchar las explicaciones sobre los cuadros. De hecho, me sigue pareciendo una delicia disfrutar de un cuadro mientras alguien, con mucho conocimiento, me explica los más mínimos detalles pictóricos.

Por otro lado, la pintura me parece una forma de expresión perfecta para personas como yo, que nos gustaría plasmar de alguna manera nuestras inquietudes. Y sin duda, me parece muy terapéutico. Poder sacar tus miedos, tus angustias, tus alegrías, tus anhelos o descargar la mala leche dando cuatro brochazos, no tiene precio.

Pero no soy la primera que piensa que la pintura y la psicología están relacionadas. De hecho, la psicología del arte es una rama de la psicología que estudia el arte desde un punto de vista psicológico. Dentro del concepto arte se incluyen otras disciplinas como el teatro, la música, la danza, la escritura… La idea es muy sencilla: expresar todo lo bueno y malo que llevas dentro mediante una técnica artística. Esta terapia natural tiene muchos beneficios, ya que mejora la comunicación de personas tímidas o con algún tipo de enfermedad con su entorno, aumenta la autoestima por los logros obtenidos de personas con traumas o codependencias y fomenta la concentración y la paciencia, lo cual es útil para niños con TDA. Para resumir, el arte es una herramienta muy útil en el proceso terapéutico.

Visto así, la pintura es perfecta para mi. Te compras un lienzo, unos pinceles, unas pinturas y a dar rienda suelta a tu expresividad. Pero yo, que soy dada a ver lagunillas a todos los planes, éste no iba a ser una excepción. Vale, yo me compro todo el material que necesito. Además conociéndome, no me compraré solamente los colores primarios y un pincel, arrasaré la tienda con todos los botes de colores inimaginables, todos los pinceles de formas, materiales y grosores posibles y canvas de todos los tamaños. Porque yo soy así, extrema. Blanco o negro, nada de tonalidades grises. Si empiezo algo, tiene que ser a lo grande. Pero claro, seguro que cuando llegue a casa me daré cuenta que el Señor no me ha dotado de habilidad para semejante envergadura. Y como hay algo que me caracteriza, y es mi tremendo sentido perfeccionista, en cuanto el perro que quiero pintar, en lugar de un perro parezca un cerdo, se acabó. Hasta ahí llega mi incursión en el mundo pictórico. Y digo esto, con conocimiento de causa.

Mi casa parece una tienda de manualidades con montones de cajas de colores (en realidad las cajas de 120 colores ordenados en degrade, las compro para no usarlas, pero es que son tan bonitas….), cajas de rotuladores para pintar comics (¿yo pintando comics?, los odio, pero es que son tan bonitas….), cajas de acuarelas en tubo y pastillas (es muy difícil pintar acuarela porque no hay margen al error, pero es que son tan bonitas…). Resumiendo, mi adoración por el mundo de las manualidades se puede resumir en tres palabras y tres puntos suspensivos: son tan bonitas…

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Pero esta vez, me dije a mi misma, que yo necesitaba sacar al Velázquez que llevo dentro porque me lo comí en la merienda y pintar un cuadro maravilloso en el que el perro pareciese un perro y mi cerdo fuese un cerdo y no Pepa Pig o Josefa la Cerda, como nos gusta llamarla en casa. El caso es que pensé que debía tomar clases de pintura. Si alguien me enseñaba a pintar, pues yo que soy muy dispuesta, seguro que aprendía y podría pintar mis meninas particulares para la pared que me queda libre en el recibidor de casa.

Ahí viene otro problema importante, encontrar unas clases de pintura en una ciudad tan cultural y amante del arte como Stavanger (espero que se note mi tono sarcástico). Stavanger tiene muchas cosas positivas, pero que su buque insignia sea el museo de las latas de sardinas, por cierto muy ricas, pues os puede hacer una idea de las dificultades culturales a las que te puedes enfrentar.

El caso es que después de mucho buscar, encontré un curso que se llamaba Vedic Art. Se trataba de un curso intensivo de cuatro fines de semana especialmente enfocado a personas interesadas en la pintura pero sin experiencia previa. Vamos que era mi curso soñado: pintura para dummies. Así que me presento mi primer día, emocionadísima, a mi clase y me encuentro que me he trasladado al “flowerpower world”, un pestazo a incienso, cuadros budistas y música trascendental… Quien me conoce sabe que yo de esas cosas no tengo nada, vamos que una lechuga es mas trascendental que mi persona. Yo soy puro raciocinio y a mi esas cosas de la meditación… No dudo que funcionen, hay gente encantada y que habla maravillas, pero es que yo no me puedo concentrar en mi respiración. Me siento a meditar y entonces veo la mancha del suelo, me acuerdo que no tengo fregasuelos, que tengo que ir al super, pero será el sábado porque el viernes tengo cumple del niño, por cierto que no tengo sobres para meter las 50 coronas del regalo, por lo tanto tengo que ir a la papelería, pero antes tengo que pasar por la ferretería a comprar la escalera para terminar de arreglar el altillo del garaje, la maleta roja no la subo porque a final de mes la necesito para un viaje…, venga, va, dejaré de hacer el canelo pensado en como sube y baja el aire y limpiaré la mancha, aunque sea con jabón de manos, que me esta poniendo de los nervios. Pues así siempre, no puedo meditar, el incienso me da dolor de cabeza y esas músicas cósmicas ganas de tirar mi precioso Iphone contra la pared para dejar de oírlas… Pero ahí estaba yo con menos sensibilidad que una apisonadora escuchando sobre la importancia de la meditación, de escuchar a nuestro yo interno (estos hippies deben ser seguidores de Freud) y dejarnos llevar por nuestras emociones y el cosmos.

Pues oiga, que la chorrada funciona. Que la profe me dijo: concéntrate (ya empezamos mal) en tu pasado, en tu presente y en cómo quieres que sea tu futuro. Y entonces una fuerza cósmica me poseyó (en el buen sentido de la palabra, no seáis guarros), me puse a dar brochazos como loca y me salió esto:

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Ojito, no acepto criticas, ni constructivas, ni destructivas: el rayito de sol (porque es un sol, para los que no lo hayáis adivinado) está mal, lo sé pero no me importa. Podría decir que representa los días en los que me levanto con el pie izquierdo, pero estaría mintiendo. Lo pinté mal y cómo se me acabó la mezcla de amarillos pues no podía arreglarlo.

Como soy muy racional, yo siempre saco conclusiones o “lesson learned” que dicen los bilingües, de todo lo que hago. Y por supuesto de ésto también. La principales conclusiones a la que he llegado después de mi paso por el curso de pintura son:

  • Me encanta la pintura. Es la única parcela en la que no compito contra mi misma.
  • Adoro los botes de pintura acrílica. Me encantan los metalizados, me vuelven loca.
  • Me chifla hacer puntos y rallas de muchos colores. Ahhhh y añadir dorados y plateados, siempre lo he considerado muy choni, pero cuanto más dorado o plateado tiene el cuadro, más me gusta.
  • No soy la próxima Picasso, ni me interesa exponer en Arco. No venderé ningún cuadro, ni lo pretendo, aunque mis lienzos están teniendo mucho éxito entre mis hijos.
  • He decidido que lo de pintar cuerpos esculturales no es mi estilo sino que mis pinturas son una mezcla entre Cobi y Petra, las mascotas de las Olimpiadas de Barcelona´92 (hay que ver lo que nos reímos en su momento gracias a Mariscal).
  • Y sobretodo, sobretodo, que me importa un pito la opinión de los demás acerca de mis cuadros.

Aquí os dejo una pequeña muestra de mi galería pictórica (en realidad, todo mi catálogo), para que os animéis y comprobéis que el orgullo no os debe frenar para hacer lo que de verdad queréis. Si a mi no me da vergüenza enseñaros mis cuadros (y alguno es para tenerla, porque una cosa es no tener vergüenza y otra ser ciego), nada os impide perseguir vuestro sueño.

Por último, si alguno quiere un cuadro personalizado de mi mundo interior, solo tiene que pedirlo y ponerse a la larga cola de encargos. Quien sabe si en un futuro mis cuadros llegan a cotizar como un Kandisnki o un Van Gogh y entonces estaréis felices de contar con un lienzo dedicado que subastar en Christie´s.

Hasta la próxima!!!!!

8 comentarios sobre “Y ahora, ¡mamá quiero ser pintora!

  1. ¿Qué te voy a decir… que no te haya dicho ya?
    Ayer conté los sombreros, gorras, gorros y cascos de mi colección. Creo que sumaban unos 55 aproximadamente repartidos por toda la casa (un par de ellos más si pienso en la cocina). Y me los quito uno a uno para mostrar mi admiración por tu iniciativa.
    Pintar, escribir, tocar música, hacer deporte, fotografías…. son muchas las alternativas que se nos ofrecen para ese encontrarnos a nosotros mismos, expresarnos, aislarnos del mundo o no entrar en una cristalería con un bate de baseball. Cada uno, con suerte, encontramos la actividad que más se adapte a nuestras capacidades y nuestra forma de ser y a por ello.

    Que usted lo pinte bien.

    Mi petición, la misma que a otras personas que se han entregado al proceloso mundo de los pinceles y los colores: Un retrato ecuestre que ensalce mi figura heroica. A fuerza de insistir alguien caerá algún día,

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    1. 55 gorras, obreros y cascos???, tú también eres obsesivo, no?. Es genial, con ese coleccionismo nos quitas problemas para pensar en que regalarte. Por cierto, tienes casco para ir a un pozo petrolero?, te mando uno mas para tu colección…, jajajaja

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  2. Hola Ana, Otro tema que me apasiona, la pintura!. Ahora que lo pienso se parece mucho al de los crímenes imperfectos. La pintura va de chicas desnudas tendidas y quietas? Pues eso, que se parece mucho. Las técnicas? Bueno, de eso no sé nada, en cambio, de pintar tampoco, pero me imagino que tiene más encanto la desfiguración de la realidad que la realidad misma y que lo que admiro cuando veo un cuadro es como un artista plasma su astigmatismo al mirar a la chica de turno desnuda. Puede deberse a que dibuje mal, es cierto, pero siendo positivos asumamos que es intencional y que tu compatriota por adopción no veía hombrecitos verdes gritando en los puentes y su madona era una gótica ochenta años antes de que deambularan por la faz de la tierra, y así sucesivamente, que la junkie pelirroja de la pierna doblada era tal cual y no que se le acabaran los colores al pobre Egon o que lo de los dorados en el caso del beso no fuese gusto de choni, como dices, sino su expresión artística. Pues eso, que siempre que salga una chica en bola desfigurada por la visión del artista, me gusta. Otros cuadros también están bien, no todos conseguían modelos, lo entiendo, la mayoría eran muy pringados. Pasando rápidamente por tus cuadros, que nos ha quedado claro que la crítica no te interesa y sin hacer mención a los tributos que muestras, al choni y al astigmático (claramente el que más te gusta) veo una trascendentalismo cósmico que bien podría hacer referencia a todo un universo interno en continuo movimiento, si, puede muy bien ser algo así, o que si una perro flauta te envenena con incienso y te pone música para dormir mal, te pones de los nervios y no sabes que pintar. Mas probablemente sea lo segundo. Qué te apuesto que tu campo florido no lo hiciste bajo la influencia de la meditación? Lo malo de caer en manos de la meditación es que se pone uno a pensar en los huevos del gallo y se le olvida algunas cosas muy importantes en la vida: la geología y la cocina. Por ejemplo, el sol no tiene un núcleo metálico y cuando esparces sobre una mesa un cupcake de zanahoria coronado de una guindilla, no te sale el vestido de la señorita Bloch-Bauer, pero digamos que son errores conceptuales y no artísticos.
    Ya un poco más en serio que los ineptos esconden sus deficiencias tras una máscara de sarcasmo (eso los ineptos, lo mío es claramente originalidad) estoy completamente de acuerdo contigo. Si consigues que una persona te muestre a partir de lo que crea, sin pretensiones, lo que siente, es probable que pueda explicártelo con palabras y el mismo defina que le afecta y como podría intentar superarlo o al menos aceptarlo. Esto como terapia, pero quizás lo más importante de tu afición considerando que tienes hijos, sea el heredarles (no los cuadros, pobrecillos) la valentía de enfrentarse a la creación, porque al final todos somos capaces de criticar pero muy pocos de crear algo.

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  3. Creo que tienes razón, al final ponerse frente a un lienzo en blanco es un acto de valentía. Yo sigo pensando que llevas mucho dentro (no me lo enseñes, jajajaja), así que no has pensado en expresarlo?. A ti se te da muy bien el dibujo, haces unos retratos muy bonitos, porque no usarlo para pintar a tus queridos Cezanne o Monet?. De verdad que creo que lo harías muy bien. Además, eso me daría pie a darte consejos, jajajajaja.

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