
¡Madre mía!, ¡madre mía! Anda que no ha llovido desde ese enero de 2017 en el que comenzó la andadura de blog.
Casi no puedo recordar cómo era el mundo en aquel entonces. Pero sin duda era muyyyyyy diferente del actual. Muy triste y muy gris. Los dos, el mundo y yo, Ana Morales.
De ese mundo y de esa Ana no queda mucho ya.
A nivel mundo hemos pasado por una pandemia global que nos ha marcado a todos y de la que, de una forma u otra, todos hemos salido tocados.
Y a nivel Ana, me han pasado tantas cosas que no me reconoceríais para bien, ni física ni mentalmente.
Para empezar, he terminado la carrera. Por fin soy psicóloga y, sobre todo, por fin he perdido de vista la UOC. No puedo describir el placer que me produjo ver rellenas mis barritas naranjas y colocar mi post de despedida en el grupo de Facebook del grado. Años soñando con ese instante y por fin llegó.
Durante años una frase que me rondaba la cabeza era “ánimo, Ana, que del cementerio no se sale, de la UOC, sí”. Pues sucedió, salí de la UOC.
Y con el peso quitado de la UOC, me he echado otro encima, el de la UNIR y su master general sanitario.
Soy una tía con muuuuucha suerte y eso que siempre me he considerado gafada, pero no, no es verdad. Soy la tía con más suerte del mundo. Resulta que acabé un jueves el grado y el viernes me estaban llamando para empezar el master, así sin anestesia. Con dos coj… y un palito (me encanta esta frase). Teniendo en cuenta lo que cuesta económica y temporalmente que te acepten en el master, ¿soy o no una tía con suerte?
Con mucha suerte. Sí, señor. Ole para mí.
Además, he comenzado mi propio negocio. Soy psicóloga y coach especializada en nutrición emocional y ayudo a mujeres que se sienten cansadas de hacer dietas y frustradas por no poder perder peso a que sean capaces de mirarse al espejo y decirse convencidas:” Joder, ¡qué buena estoy!”. Estamos creando una legion de buenorras que más pronto que tarde va a tomar el poder. Os lo juro por Snoopy.
Un proyecto que surge de mi propia batalla contra el peso, contra mi imagen, contra mis demonios y contra mí misma. Así que como superviviente, con matrícula de honor de ese duro camino, decidí que había encontrado mi ikigai en la vida: acompañar a otras como yo en el camino de convertirse en buenorras convencidas.
Acompañar, acompañar. Ese es mi ikigai, ya sea a estudiantes o a buenorras.
Y por eso estoy aquí, porque esta mañana he recibido un mensaje que me ha llegado al alma. Una chica, como muchos antes, me contaba que había tomado la decisión de matricularse en psicología y que, aunque hacía mucho que no actualizaba el blog, esperaba que la acompañase durante su nueva aventura con nuevas entradas que le animasen o al menos le dibujasen una sonrisa en la cara durante los días nublados uoqueros que llegarán.
Por desgracia Laura, no podré estar a tu lado durante tu aventura, mi barco ya llegó a puerto y ahora me toca enfocarme en nuevos retos y horizontes. Pero Laura me recordó que nunca me había despedido de vosotros como os merecíais.
Quiero aprovechar este momento para daros las gracias por los grandes momentos que me habéis hecho pasar. Por las bonitas palabras que siempre me habéis dedicado. Por los maravillosos mensajes que me habéis enviado a lo largo de este tiempo. Por estar y por ser. Por lo importantes que habéis sido en un tiempo que no fue fácil para mí. Gracias. Gracias de corazón.
Pero como la vida es evolución y yo estoy viva, evoluciono.
A partir de aquí se cierra la etapa “Mamá quiero ser psicóloga” y comienza “Ana Morales Psicóloga”. Se cierra www.mamaquieroserpsicologa.com y se abre (bueno, ya estaba abierto) www.anamoralespsicologa.com.
Os deseo todo lo mejor en ésta y futuras reencarnaciones.
Hasta siempre compis.
Ana
Vamos Ana! Estoy MUY orgullosa de ti!!! Me encanta leerte.
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